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Al apagarse las luces y quedar el gran recinto interior del Teatro Degollado en semi penumbra, la sensación de estar presente en un momento largamente esperado lo inunda íntegramente a uno, se tensan y agudizan los sentidos mientras el maestro de ceremonias, Guillermo Dávalos, director del departamento de música de la S.C.J. informa al público asistente de la importancia del concierto de esa noche.
El silencio se impone en la sala y solo se escuchan alguno que otro carraspeo o leves cuchicheos.
Es la noche del viernes 7 de octubre de 2011, la cita en que se presentaría la obra que inició, por encargo de las autoridades organizadoras del Bicentenario, el Maestro Víctor Manuel Medeles y que no pudo concluir debido a su fallecimiento. Familiares, alumnos, y especialmente amigos, nos encontramos esa noche para disfrutar o tal vez, para conocer por primera vez, la producción de este gran maestro hijo de Ajijic.
Después de que Dávalos comunicó que la obra había sido concluida por el maestro y amigo de Medeles, el también compositor, Héctor Quintanar y de ser informados que se presentaría además obra de este último y otra más del gran maestro Domingo Lobato, se dio inicio al concierto.
La obra del Maestro Medeles, una suite compuesta por cuatro movimientos nos guía por cuatro etapas de la historia de nuestro país: el México indígena, la colonia, la independencia y la revolución. Esta suite deja, al concluirse, una sensación de haber tenido un viaje en retrospectiva difícil de definir por las palabras, y efectivamente, por eso está representado con música. Aplausos, y más aplausos, muchos aplausos.
El programa de esa noche se presentó con un marcado sentimiento nacionalista, así fue la suite de Víctor Manuel Medeles, así fueron los arreglos que el Maestro Quintanar hizo a piezas populares de la revolución y así fue la egregia obra que nos dejó escuchar el Maestrisimo Domingo Lobato, que es obligatorio decirlo, estuvo sentado entre los asistentes, acompañando el estreno de la última obra escrita por uno de sus más queridos alumnos, Víctor Manuel Medeles.
Estuvo también presente en el palco de honor el compositor e intérprete, presidente del Comité Directivo de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), Armando Manzanero, con quien varios asistentes se acercaron a pedir la foto del recuerdo junto a tan popular personaje.
Independientemente de los gustos musicales de cada quien, y de que se compare una obra con la otra, el Degollado estuvo colmado de sonrisas, recuerdos, de asistencia fraternal, de reconocimiento hacia uno de los hijos más grandes que Ajijic haya dado al mundo, Víctor Manuel Medeles
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