viernes, mayo 18, 2007

A MANERA DE RUEGO


 A MANERA DE RUEGO.

Es extraño, pero fue en el transcurso
de esta bella

estación que es el verano.
En alguno de estos

maravillosos días en Ajijic,en la Ribera del lago de
Chapala (quiero nombrarlo así, sin adjetivos que
podrían interferir de manera emotiva en la realidad que
el ejercicio de la razón debe de concluir) que la
verdad me tomó por sorpresa, como si de pronto el
problema tomara ante mi percepción su real dimensión, y
se presento a mis ojos con toda su crudeza y sus malos
presagios.
Si no volteamos la vista hacia al sur, parados en
cualquier calle o sentados en cualquier terraza de
cualquier casa se puede ignorar la triste y dolorosa
realidad.
En cambio uno camina hacia el norte unas

cuantas cuadras, es decir no más de quinientos metros
hacia las montañas y poco antes de que los pies
empiecen a pisar el terreno montañoso, se puede
percibir por el olfato la naturaleza húmeda; se puede
escuchar el inconfundible ruido provocado por la fuerza
del agua al correr entre las piedras y los arbustos; y
al llegar a recrear la vista con el impresionante
espectáculo del agua clara y fresca que, convertida en
grandes cascadas nos representa la perfecta metáfora
de la abundancia y la esperanza, entonces no existen
motivos para pensar en la lenta y constante desecación
del Lago de Chapala.
Es muy grande el sentimiento de impotencia al
constatar que día a día "la orilla de la laguna"se
aleja cada vez mas de del futuro que será presente
para nuestros hijos.
Es irremediable el sentimiento de

vacío, las ganas de llorar. Así, literalmente, las
ganas de llorar, rabiosa y profundamente, las ganas de
llorar.
La desecación paulatina del Lago ha provocado ya los
primeros síntomas que han sido sucesos de alarma en
la población de Chapala y sus alrededores, síntomas
físicos y tangibles, dolorosos ya.
No fueron los
cambios drásticos del clima, los ventarrones
secos, la
dificultad de los otrora pescadores del lago para
poder sobrevivir, el alejamiento de los turistas etc.
Fueron y son estados de alarma de varias familias ante
el peligro de desgaje de una montaña el centro de
Chapala, a causa de los movimientos de reacomodo en el
subsuelo provocado por la resequedad del terreno que
deriva del alejamiento del cuerpo de agua, su vida en
zozobra ante el temor de que con cada precipitación
pluvial pierdan sus casas, sus bienes y su integridad
física.
A manera de ruego apelo a sentimientos profundos de
hermandad, solidaridad y sobre todo al sentido humano
para pedirles que nos recuerden cada que rieguen su
jardín, cada que laven su coche, cada que en el
silencio de la noche escuchen una gota de agua o un
chorro escaparse hacia la alcantarilla tengan la
bondad de cuidar el agua . Al reflexionar y
convencerse de esto estarán canjeando un poco de
molestia por vidas humanas y sobre todo por el
colorido de la naturaleza en toda su plenitud.
Por su apoyo: GRACIAS.

Beto muñóz







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