La línea parecía interminable. Parecía que se encontraba estática en el tiempo y el espacio. El ruido del motor como una capa envolvente davale la sensación de estar dentro de un gran contenedor que había quedado tirado en mitad de la habitación de algún niño que habitaba un mundo gigante en proporción a este.
Hacía ya rato que no encontraba luces de otros autos en dirección contraria ¿15, 20, 30 minutos? La situación rayaba en la desesperación al no poder definir el paso de los minutos, ni identificar el lugar exacto donde se encontraba.
El ruido del motor continuaba y la línea parecía estática e interminable.
¿Y si el niño dueño del juguete contenedor tomaba este y lo agitaba?
Recordó que no había entregado el informe de la semana pasada, ni el de ayer y que mañana tendría que pagar la mensualidad de la casa, y la del coche que ya se había atrasado. Recordó que el seguro del auto ya se había vencido y que tenía que estar de regreso en una hora.
La línea parecía interminable.
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